LOS RECURSOS NATURALES Y SU CAPACIDAD DE
RENOVACIÓN
Desde el punto de vista biológico, la vida es
el resultado de un largo proceso evolutivo y de una organización específica de
las sustancias de las que estamos formados los seres vivos. Es así que el
carbono, hidrógeno, oxígeno, nitrógeno, fósforo, azufre y otros elementos,
presentes en nuestro planeta desde su formación, se combinan dando lugar a
compuestos (carbohidratos, lípidos, proteínas, sales, ácidos nucleicos, entre
otros), que de una manera particular forman estructuras vivientes que utilizan,
transforman, reproducen y reorganizan en sí mismas materia y energía. Es esta constante actividad química de los
organismos lo que permite la continuidad de la vida. Cuando estos procesos de
organización y reorganización se interrumpen, o cuando se rompe el equilibrio
entre el uso y la regeneración, ocurre lo que llamamos muerte. Es entonces
cuando las sustancias que forman parte de lo que en un momento tuvo vida,
pueden reincorporarse a los ciclos de materia y energía, donde serán
reutilizadas por otros organismos en sus propios procesos.
La reproducción, en particular la reproducción
sexual, es también un proceso, entre otros, de renovación de los seres vivos,
que permite la continuidad de las especies en la Tierra a lo largo del tiempo.
En función de las variaciones que se encuentran entre los organismos dentro de
la misma especie, la reproducción propicia el enriquecimiento del código
genético, que es la materia prima sobre la que opera la selección natural, y
que permite la evolución de las especies, así como las adaptaciones a los
cambios del ambiente.
Sin embargo, al reducir la riqueza genética (la
variabilidad dentro de una misma especie),
mediante la reducción en extremo de sus
poblaciones, se reduce su posibilidad de evolucionar o de resistir los cambios ambientales.
De esta situación puede derivar la pérdida total de la especie; es decir, la
especie se extingue si se pierde o altera negativamente el código genético que
la define.
Como parte y producto de la naturaleza, la
especie humana depende de ella. Todo lo que requiere para su subsistencia
proviene de los llamados recursos naturales, que son componentes del ambiente
utilizados para satisfacer las necesidades humanas. Aire, suelo, agua, plantas,
animales, bacterias, hongos, algas, minerales y petróleo son recursos naturales
básicos para la vida del ser humano.
Los recursos naturales se clasifican como
renovables y no renovables. Se consideran recursos renovables los que, por su
propia dinámica, se reincorporan a los procesos de la naturaleza; los no renovables
no tienen esta posibilidad, y una vez transformados no pueden recuperar su
forma original.
La renovación de algunos recursos se ha ido
limitando. Por ejemplo, el agua es un recurso considerado renovable, pues como
resultado de¡ movimiento y de sus transformaciones físicas (evaporación,
congelamiento, condensación, licuefacción) adquiere características que
permiten reutilizarla como agua potable. Sin embargo, su uso excesivo y el
contacto con sustancias como detergentes, aceites y otros productos químicos
solubles e insolubles impide su recuperación natural para ser aprovechada por
los seres vivos. Esto sucede también con otros recursos que usamos en diversas
actividades. En este sentido es importante reconocer los límites de la
renovación de los recursos naturales.
Problemática
ambiental de los recursos naturales
En la historia de la vida, los seres humanos
han llegado actualmente a ser 1 00 veces más numerosos que cualquier otro
animal terrestre de talla equivalente. la población humana llegó a los 6 000
millones de personas en 1999 y se calcula que en el año 2025 llegará a los 8
500 millones, y que alcanzará los 1 5 000 millones a mitad de¡ siglo XXI. El
crecimiento demográfico ha acelerado el ritmo de demanda de los recursos
naturales.
Además del incremento poblacional como factor
que influye en el deterioro de los recursos naturales, los niveles de consumo
de los países ricos, las estrategias de aprovechamiento, el uso de tecnologías
inapropiadas y las necesidades apremiantes para la sobrevivencia de los países pobres,
entre otros factores, agravan el estado crítico de¡ ambiente planetario.
Las sociedades humanas actuales requerimos cada
vez más una mayor cantidad de recursos para satisfacer necesidades básicas y
creadas. la satisfacción de estas necesidades afecta directamente el
funcionamiento y estructura de los ecosistemas, no sólo al tomar los, recursos
que se requieren, sino también al acumular residuos y desperdicios como
resultado de las actividades productivas y sociales. los grupos humanos
modificamos el sistema natural cuando lo utilizamos para obtener materiales,
energía y alimentos, como ocurre con los productos de la minería y todos los
recursos bióticos. Como sitio sobre el cual asentar las actividades
productivas, habitacionales y recreativas, como ocurre con el suelo y el agua.
Como receptáculo o vehículo para la eliminación de desperdicios, como ocurre
con el agua, aire y suelo.
El mal aprovechamiento de los recursos
naturales conduce a su agotamiento y deterioro; esta situación debe analizarse
desde las siguientes perspectivas: conocer los procesos de reproducción y de
regeneración de los recursos naturales en función de las leyes naturales que
los gobiernan, así como la capacidad de los ecosistemas para absorber el impacto
de la actividades humanas. Conocer las formas en que el sistema social lleva a
cabo sus actividades, las cuales transforman el ambiente de manera específica.
Mas adelante analizaremos los problemas
ocasionados por las actividades humanas en el agua, aire, suelo, bosques y
biodiversidad, para mostrar un escenario general de la problemática relacionada
con estos recursos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario